Siempre se habla de los beneficios de la actividad física para el control del peso, la reducción de enfermedades cardiovasculares y el aumento de la resistencia y la fortaleza. El ejercicio le sienta muy bien a tu cuerpo. Pero quizá no se habla tanto de sus grandes beneficios emocionales. El estrés, la ansiedad o los sentimientos de tristeza pueden mejorar considerablemente con la práctica regular de ejercicio.
Seguro que lo has podido comprobar en más de una ocasión: ese largo paseo después del trabajo que ha puesto en orden las ideas o esa sesión intensiva de gym que te sirvió para llegar a la cama más relajado.
En este artículo vamos a repasar todos esos beneficios de la actividad física que no se ven en el espejo, pero que en Rythmo nos parecen aún más importantes.
¿Preparad@?
1.Reducción del estrés
Uno de los beneficios emocionales más evidentes de la actividad física es su capacidad para reducir el estrés. Cuando te ejercitas, tu cuerpo libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y que te hacen sentir bien. Esto te ayuda a liberar tensiones acumuladas y a sentirte más relajado y en control de tus emociones. Y además, reduce el cortisol, hormona que participa en la respuesta del organismo al estrés. ¿Hoy has tenido un día duro de trabajo? Sabemos que el plan sofá+tele es lo que primero te va a venir a la mente. Pero prueba a hacer una buena sesión de ejercicio y verás… mucho mejor que cualquier serie.
2. Mejora del estado de ánimo
¿Necesitas un impulso de buen rollo? El ejercicio regular puede ser tu mejor aliado. Quizá al principio te cueste, porque lo que menos te apetece cuando no te apetece nada es esforzarte. Cualquier pequeño trabajo parece más duro de lo que realmente es. Pero verás que, al moverte, tu cuerpo produce serotonina, un neurotransmisor asociado con la sensación de bienestar y felicidad. Este aumento de serotonina puede ayudar a combatir la depresión leve y mejorar tu estado de ánimo general.
3. Aumento de la confianza en uno mismo
Como te decíamos al principio, mejorar tu imagen física es solo una razón más para hacer deporte. Y no la más importante. Pero desde luego es muy valioso cuando necesitar fortalecer tu autoestima. Cuando te cuidas y te ejercitas regularmente, es más probable que te sientas orgulloso de tu cuerpo y de lo que eres capaz de lograr. Y esta confianza que comienza en uno mismo, se refleja en tu vida cotidiana y en tus relaciones personales.
4. Gestión de la ansiedad
La ansiedad puede ser abrumadora, pero la actividad física es una herramienta efectiva para su gestión. El ejercicio ayuda a liberar la tensión acumulada en el cuerpo, lo que puede aliviar algunos síntomas de la ansiedad. Además, te proporciona un espacio para desconectar de las preocupaciones y enfocarte en el presente y mejora la sensación de fortaleza, de seguridad y de control sobre ti mismo.
5. Mejora del sueño
Un sueño de calidad es esencial para el bienestar emocional. La actividad física regular puede ayudarte a conciliar el sueño más fácilmente y a disfrutar de un sueño más profundo y reparador. Esto, a su vez, te hará sentir más enérgico y equilibrado emocionalmente durante el día. Eso sí, no te recomendamos hacer deporte de forma intensa antes de ir a dormir, porque al cuerpo le cuesta un tiempo bajar la activación y recuperar el ritmo habitual.
La actividad física también puede fortalecer tu mente y la capacidad de concentración y superación. A medida que te enfrentas a desafíos físicos, desarrollas resiliencia mental y la capacidad de superar obstáculos. Esto se traduce en una mayor predisposición para afrontar otro tipo de adversidades más allá del ámbito deportivo. Plantéatelo así: si el esfuerzo y “apretar los dientes” te ha llevado a mejorar en el deporte, también puedes hacer lo mismo en otras áreas de tu vida.
Como ves, el tema de la actividad física le viene también de maravilla a nuestra salud mental. Así que, si notas que terminas la jornada “saturado”, que tardas en quedarte dormido porque te cuesta frenar los pensamientos o que empiezas a notar la tensión en el cuello o la espalda, te va a venir muy bien unas buenas sesiones de deporte. Elije una disciplina que te divierta o, aún mejor, combina varias de ellas. Verás que de una pequeña obligación muy pronto pasa a convertirse en una necesidad en tu vida.
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